sábado, 10 de enero de 2015
Dos carbones pesados como granadas,
Chorros de alcohol que brincan, o libros quemados,
Diablos dormidos que avanzan sigilosos con metrallas,
Y de pronto brinca una chispa eléctrica,
Se ilumina el roquedal y dos ojos,
Esos carbones pesados de fierro, mueren de miedo al vislumbrar un pasadizo tan hondo,
Como no caben en un túnel ni dos bombas atómicas.
Estrellas borrachas viajando en volquetes, o encima de las pelonas,
Armas defectuosas que niegan el disparo, como dos perros rabiosos de rencor,
Que no han cargado ni una vida.
Chorros de alcohol que brincan, o libros quemados,
Diablos dormidos que avanzan sigilosos con metrallas,
Y de pronto brinca una chispa eléctrica,
Se ilumina el roquedal y dos ojos,
Esos carbones pesados de fierro, mueren de miedo al vislumbrar un pasadizo tan hondo,
Como no caben en un túnel ni dos bombas atómicas.
Estrellas borrachas viajando en volquetes, o encima de las pelonas,
Armas defectuosas que niegan el disparo, como dos perros rabiosos de rencor,
Que no han cargado ni una vida.
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