domingo, 21 de septiembre de 2014
Trémulo es el viento de un instante al perderse en otro,
Tus manos y tus dientes ahogados,
Yo al desbaratarme, al devolver al viento su rugidor desgaste,
A la llama viva en muerte del contorno,
Al seco constante, trastocado.
Como un golpe que silba con fuerza fugaz,
Ya la bala golpeando carne viva, ya la pared desmoronándose en su sitio,
Ya la copa de vino, al caer y tronar, y el silencio maldito que acompaña el deceso,
Como un tortuoso impacto golpeando mis ojos vanos, no destellantes, ya idos.
La oscuridad implacable que sigue en infinita fuerza,
Guiando a un ser idiota, que emana débil y se consume olvidado,
En el mismo sitio quizás que llevara decenios, aún con sus cuentas vacías llenas de espantajos,
Pareciendo mirar con angustiosa expresión, un recuerdo tirado a lo más alto del río.
Tus manos y tus dientes ahogados,
Yo al desbaratarme, al devolver al viento su rugidor desgaste,
A la llama viva en muerte del contorno,
Al seco constante, trastocado.
Como un golpe que silba con fuerza fugaz,
Ya la bala golpeando carne viva, ya la pared desmoronándose en su sitio,
Ya la copa de vino, al caer y tronar, y el silencio maldito que acompaña el deceso,
Como un tortuoso impacto golpeando mis ojos vanos, no destellantes, ya idos.
La oscuridad implacable que sigue en infinita fuerza,
Guiando a un ser idiota, que emana débil y se consume olvidado,
En el mismo sitio quizás que llevara decenios, aún con sus cuentas vacías llenas de espantajos,
Pareciendo mirar con angustiosa expresión, un recuerdo tirado a lo más alto del río.
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